CAPÍTUL 10º Lliga 70-71 "LA LLIGA DELS GERMANS CLARAMUNT"
CAPÍTUL 10º
Lliga 70-71 "LA LLIGA DELS GERMANS CLARAMUNT"
Jornada 23ª Valencia C.F. 1 - 1 F.C. Barcelona
Con música del maestro Padilla
Un Valencia-Barça de 1971 desató la locura en la ciudad y por primera vez el pasodoble 'Valencia' sonó cuando salió el equipo
Y sonó la música en Mestalla. No se había vivido nada igual hasta ese día. Aquella tarde se escenificó un recibimiento apoteósico al Valencia que superó de largo cualquier precedente. Mañana se cumplirán cincuenta años de una cita inolvidable. El Valencia era líder y recibía al Barça, a quién ya había derrotado por 0-2 en el Camp Nou en la primera vuelta. La expectación fue de tal magnitud que se hizo necesario cerrar las oficinas del club dos días antes del encuentro porque no había manera de atender la avalancha de petición de entradas. La reventa se puso las botas. La tribuna se cotizaba a 3.000 pesetas.
Aquel encuentro marcó un antes y un después en la casi centenaria existencia de Mestalla. El domingo 28 de febrero de 1971 los cimientos del recinto vibraron y no es una exageración. El club había preparado una gran 'mascletà' en la parte posterior de la grada de preferencia numerada en una superficie que servía como como campo de entrenamiento. Sobre el terreno de juego se dispusieron centenares de globos que se soltaron cuando el equipo local compareció mientras miles de bolsas de confeti, que se habían repartido entre los espectadores, se abrieron desde las gradas ofreciendo una imagen inusual e impactante. Un espectáculo multicolor.
Faltaba la guinda al pastel. El colofón musical. Hasta entonces, la formación local aparecía sobre el césped sin ningún acompañamiento musical a través de la megafonía porque el club carecía de himno, hubo uno en los orígenes pero no era apropiado. En aquella época, los equipos no calentaban antes del encuentro. El protocolo establecido cedía al equipo visitante la aparición en primer lugar. Cuando se trataba de un rival de talla el estruendo de la bronca era descomunal. A continuación era el turno del anfitrión. Ese día la liturgia valencianista cambió para siempre, se introdujo una novedad que provocó el entusiasmo de la afición. Cuando el once encabezado por Paquito, su capitán, apareció por el túnel de vestuarios, sonaron las vibrantes notas iniciales del popular pasodoble 'Valencia', del maestro Padilla, para completar una escenografía desbordante de pasión. Un arrebato de sentimiento sacudió a los presentes. Las tracas estallaban por todas partes. Atrás quedaba una época de animación espontánea y primitiva. La coreografía organizada ocupaba su lugar.
El club lo tenía todo estudiado pero las previsiones se desbordaron. Vicente Peris fue el impulsor de aquella ambientación extraordinaria que ha permanecido con algunas modificaciones durante años. En los días previos declaró: «Con el doble del aforo del actual Mestalla, aún se nos quedaría el campo pequeño» y eso que los socios debían pasar por taquilla porque el choque fue declarado como jornada económica 'pro-secciones deportivas'. La recaudación superó los ocho millones de pesetas, la más alta de la historia hasta ese día. La capacidad del campo rozaba las 60.000 personas debido a la gran masa que se podía ubicar en la general de pie. Hubo una discreta representación de seguidores visitantes, eclipsada por una atmósfera arrolladora.
El estado anímico de ambos contendientes era opuesto. El Valencia venía de vencer al Málaga en la jornada anterior por 0-1 con gol de Pellicer. Abelardo se había erigido en héroe al detener un penalti. Por el contrario, el Barcelona había caído en su feudo por idéntico marcador con el Real Madrid, un tropiezo que le había relegado a tres puntos del líder. El choque de Mestalla, que correspondía a la vigesimotercera jornada, finalizó en tablas: empate a uno, ambos goles fueron espectaculares y llegaron en el primer tiempo. Rexach, con un cañonazo, adelantó a los catalanes, y Paquito estableció la igualada gracias a otro misil desde fuera del área. Ese mismo día se disputaba el derbi madrileño en el Bernabéu, saldado con triunfo local por 1-0, resultado que convenía a los valencianistas porque el Atlético, segundo clasificado, se quedaba a dos puntos después de la derrota.
El partido del Luis Casanova tuvo más ambiente que juego, las precauciones se impusieron, nadie quería perder, aunque en la jugada inicial Valdez estrelló el balón en el poste después de una formidable jugada sin que ningún rival hubiera tocado el cuero. En las filas locales la novedad más destacada fue el debut como titular de Uriarte II, el delantero ya se había estrenado en San Sebastián varias semanas antes al sustituir a Forment. Su actuación aquel día no pasó de discreta. Se echó en falta al lesionado Pellicer.
El partido fue pródigo en situaciones curiosas, a su conclusión, por coincidencias del calendario, se enfrentaron los respectivos filiales que militaban en tercera división. El Mestalla, con gol de Juan Mercé 'Juanín', se impuso por 1-0 al Barcelona Atlético en una campaña en la que terminó por proclamarse campeón, éxito que le permitió subir a segunda división. A raíz de la confusión provocada por el gol de Paquito, que golpeó en el hierro interior de la portería y salió despedido como una exhalación, se sustituyeron los anclajes internos, reemplazados por unos tensores que amortiguaban el impacto de la pelota en las mallas. El colegiado fue el navarro Orrantía que tuvo un problema con sus botas y dirigió descalzo el segundo tiempo, para asombro de los presentes.
CLARAMUNT. Aprobado. Tuvo cal y arena en su labor. Entusiasmo desmedido. Mereció mejor suerte, porque si bastantes jugadas las coronó acertadamente, hubo otras que no corrieron la misma suerte.
CLARAMUNT II. Sin calificar. No tuvo tiempo de entrar en juego.
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Jornada 24ª Atl Madrid 3 - 0 Valencia C.F.